Sobre la integridad y la vulnerabilidad.

    Hoy es el cumpleaños de Sejo, fue un ejemplo de integridad durante mi adolescencia. Es una de las mejores personas que he conocido y que, aunque la vida nos haya transformado y no sepa mucho de él, sé que mantiene la esencia que lo hacía ser quien era. En general, los de mi barrio hemos cambiado las hojas, pero no hemos perdido las raíces.

    Estos días estoy indignada. Ya les hablé de la Gente sin escrúpulos en la entrada del 13 de abril de este blog y también les conté en la entrada de Lecciones de vida sobre mi abuela Maruja. Recientemente, a mi abuela de 91 años le han robado en la calle. Le dieron un tirón del bolso y, por si no fuera suficiente, la arrastraron por el suelo. Como mencioné anteriormente, ella estaba muy bien físicamente, vive sola y es independiente, aunque ahora no del todo. Desde el lamentable suceso, no se encuentra bien, ya que se dio un fuerte golpe al caer al suelo.

    En España, los robos a personas mayores han aumentado en los últimos años. La delincuencia que afecta a los ancianos es una preocupación creciente. Este colectivo, por su vulnerabilidad, se enfrenta a varios tipos de delitos, entre los que destacan robos y hurtos, estafas, maltrato y abuso.

    Se recomienda a los mayores que adopten ciertas precauciones, como no abrir la puerta a desconocidos, no proporcionar información personal por teléfono y estar siempre alerta en lugares públicos. Aprovecho para reivindicar que fomentemos una comunidad solidaria y vigilante, donde los vecinos y familiares estemos atentos a posibles signos de abuso o delitos y los denunciemos de inmediato.

    Ya hay que ser un delincuente de poca monta para aprovecharse de la fragilidad y la confianza de las personas. Es una verdadera falta de humanidad y valor hacerle daño a quien no se puede defender.

    Me gustaría ver cómo estos ladrones de pacotilla se acercan a una persona hecha y derecha como mi amigo Poluto, que precisamente ayer cumplió años. Es alguien que, a pesar del paso del tiempo, ha mantenido intacta la pureza y la alegría propias de un niño. Su ser es un reflejo de la bondad y la capacidad de soñar que solemos asociar con la infancia, combinado con el coraje y la determinación. Es alto y corpulento, y al igual que su hermano Polu, ambos son de buen corazón y están muy bien hechos.

    El ladrón que abordó a mi abuela, como otros tantos cobardes, escogen a quienes no tienen la misma agilidad ni fuerzas que el atacante. Soy una persona tolerante, pero hay dos aspectos en los que no doy mi brazo a torcer: lo que afecta a niños y a ancianos.

    Como comento en mi página web, los ancianos transmiten sabiduría y los niños transforman comportamientos y motivaciones de los adultos, infundiéndonos nobleza y generosidad. Al igual que, recordando a Poluto, menciono que un adulto creativo es un niño que ha sobrevivido.

“Quien procede injustamente es más desgraciado que la víctima de su injusticia”

Demócrito. 


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