Nostalgia y Reconexión.
Hoy es el cumpleaños de un gran amigo del colegio. Desde hace más de 20 años, cada 16 de mayo pienso: “Felicidades, Pabli. Dondequiera que estés, pasa un feliz día”. Este día siempre me llena de amor al desearle lo mejor, pero también de una profunda nostalgia y tristeza al pensar que no he hecho lo suficiente por mantener nuestra amistad.
He decidido liderar una batalla conmigo misma para recuperar a las personas que han ocupado un lugar importante en mi corazón. Voy a empezar por crear una cuenta en Instagram y mirarla de vez en cuando.
A menudo recuerdo días significativos para otras personas que merecen atención. Pienso en dar señales de vida ese día, pero lo dejo pasar y pasan años. Tal vez mi excusa es que no tengo redes sociales, a excepción de Facebook, que no me quedó más remedio que crear para seguir en contacto con algunas personas que conocí trabajando en Costa Cruceros. Sin embargo, no ha servido de mucho; de hecho, hace tres años que no lo abría hasta hoy. Me desequilibra tener que renovar la contraseña, sentirme estúpida por no recordarla, no saber manejar la aplicación, ni tener interés en aprender.
He estado pensando en las cosas que tengo por decir. Me gustaría dar las gracias a algunas personas que me han acompañado en ciertos tramos de mi camino. Además, aún tengo que devolver un termo que un chico en Australia me dio para que se lo entregara a su dueño en el norte de España. Por mi forma de vivir las experiencias, nos conocemos y decido que se quede en un buen recuerdo. Eso ha hecho que no dé mi teléfono ni ningún tipo de contacto, algo de lo que a veces me arrepiento.
Igualmente, tengo cerca a personas que quiero y no les presto atención. Incluso sabiendo que, como las plantas, si no las riegas mueren, dejo pasar los días, los meses y los años, de Navidad en Navidad, de cumpleaños en cumpleaños, o hasta que lamentablemente mueren personas que tenemos en común y coincidimos en el tanatorio. En mi limpieza de vida, dejando salir lo viejo y creando espacio para lo nuevo, estoy por primera vez seleccionando mis compañías.
Disfruto desconectada de los medios de comunicación y redes sociales, ya que así me siento más conectada conmigo misma. Sin embargo, la realidad es que la vida me ha puesto delante seres de luz y, en ocasiones, yo misma he ido en la dirección opuesta. Más adelante os hablaré de esto, aunque por ahora me quedo con aquellas personas que brillan con luz propia, y no con la de otros o haciendo sombra.
He aprendido que no se trata de ser inseparables, sino de estar separados y que nada cambie.
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