Transforme su bienestar paso a paso.
¡Hoy es 24-1-24, una fecha única y especial que merece ser celebrada! En este singular día, le propongo dedicar un momento a considerar cómo es su relación con la alimentación.
En la búsqueda constante de la salud óptima, todos
sabemos que hay factores inmodificables como los antecedentes familiares. Sin
embargo, hay dos medidas clave que todos podemos tomar para reducir el riesgo
de numerosas enfermedades: adoptar una dieta saludable y hacer ejercicio
regularmente.
Olvidémonos de la idea de una "dieta
milagrosa" que sirva para todos, ya que cada persona tiene una genética
única, circunstancias sociales y laborales diversas, y estilos de vida que
varían entre el sedentarismo y la actividad constante. En este contexto,
aplicar una dieta estándar es prácticamente imposible. Ante la duda
hay que ponerse en manos de un profesional, un buen dietista nutricionista que
nos haga una dieta personalizada.
A menudo, nos dejamos llevar por ideas preconcebidas
sobre la dieta, aceptándolas sin cuestionar datos científicos, el sentido común
o nuestra propia experiencia. La ciencia es la clave para comprender, pero
debemos ser conscientes de las variables que rodean los estudios y reconocer
que los mensajes sobre salud pública pueden estar influenciados por intereses
financieros.
Es fundamental entender que la comida es información
para nuestro cuerpo. Frente a la avalancha de productos procesados en los
supermercados, debemos saber que éstos no aportan nutrientes, sino componentes
que podrían poner en peligro nuestra salud a largo plazo.
Siguiendo la sabiduría del médico Hipócrates,
consideremos que nuestra alimentación puede ser nuestra medicina y que, al
elegir alimentos saludables, podemos prevenir la necesidad de medicamentos.
No se trata solo de comer bien, sino de dejar de comer
mal. La mayoría de la población consume en exceso azúcar, sal, alcohol,
calorías vacías, grasas no saludables y productos ultraprocesados. En este
contexto, tiene más sentido eliminar lo perjudicial que añadir lo beneficioso.
Cuidar nuestro entorno es esencial, ya que tendemos a
comer lo que tenemos disponible. Al organizar nuestra cocina con alimentos
nutritivos en lugar de opciones indulgentes, creamos un entorno que favorece la
salud. La clave está en las acciones diarias y en la formación de hábitos, más
que en excepciones ocasionales.
Resumamos el secreto de una buena alimentación en tres puntos: más vegetales, menos sal y azúcar, y cero alimentos superfluos y procesados. Acompañado de una mayor hidratación y un aumento en el consumo de aminoácidos esenciales, aquellos que nuestro cuerpo no puede producir por sí mismo, este enfoque nos guiará hacia un estilo de vida más saludable.
¡Feliz 24-1-24 y que este día sea el inicio de una
jornada llena de sabores saludables y decisiones conscientes en su camino hacia
el bienestar!
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