El viaje es hacia adentro.
Un día tan excepcional como el 24-8-24 es perfecto para confesarles que hace tiempo que no escribo en mi blog, ni he estado pendiente del ordenador. La razón es simple: poco motivada. Cuando no me siento bien, además de que se nota, me resulta imposible escribir, crear o conectar con mi esencia. Es como si algo se desconectara dentro de mí. Por eso, mi querido amigo Joaquín me propuso que nos viésemos.
Me llevó a un lugar mágico que pocos conocen, y quizás sea mejor así, porque cuando el ser humano llega a un sitio, suele estropearlo. Un paraje espectacular, donde el agua, durante millones de años, ha moldeado la tierra, creando formas increíbles. Se siente una energía única en ese paisaje lunar.
Fue reparador para mi estar en la mejor de las compañías y es que Joaquín de la Sahara es una persona que me hace recobrar el sentido de la vida, él tiene luz propia y no es de hacer sombra a nadie sino todo lo contrario, sabe sacar la luz que cada uno lleva dentro. De él he aprendido el valor de la actitud, su impulso le empuja hacia la dirección donde quiere ir, demuestra en su día a día que se puede llegar a ser quien nos propongamos, que todo se puede hacer con esfuerzo cuando lo permitimos y nos abrimos a ello.
Entre nuestras muchas conversaciones de calidad, hablamos de un amigo que tenemos en común. Le comenté: "Lo que debería de hacer es un viaje, salir del pueblo". Joaquín, sabio en sus palabras, me respondió: "Sandrica, el viaje es hacia adentro, no se trata de irse porque cuando vuelves, te encuentras con lo mismo que dejaste". Esa frase me hizo reflexionar.
A lo largo de la historia, los seres humanos siempre hemos sentido la necesidad de creer en algo. Los rituales religiosos nos han proporcionado identidad y pertenencia al grupo. Desde pequeños, creemos en nuestros padres, profesores, médicos... pero rara vez nos enseñan a confiar en quienes somos. Sin darnos cuenta, cuando tenemos fe en algo externo a nuestra persona, comenzamos a hacer ese “viaje hacia afuera”.
Todos tenemos un propósito, una función que cumplir. Tenemos que encontrar nuestro Dharma, un principio espiritual presente en varias tradiciones religiosas y filosóficas de la India. En términos generales, el Dharma se entiende como el "camino correcto", el que nos permite caminar con integridad, vivir de manera justa y en equilibrio con el mundo. Vivir de acuerdo con nuestro propósito, tener una vida inspirada y actuar desde nuestro auténtico Ser.
"Quien mira hacia afuera sueña, quien mira hacia adentro despierta".
Carl Gustav Jung.
Comentarios
Publicar un comentario