Admiro a quienes iluminan vidas: vocación y compromiso.
Lo cierto es que mi estado de ánimo no se encuentra en su punto más alto y el viento no es mi mejor aliado, aunque de él he aprendido que el árbol más rígido es, paradójicamente, el más frágil. En este día, marcado por la ventisca, encuentro belleza en la conjunción de los números: 24-2-24, así como en la luna de Nieve, la naturaleza nos regala la última luna llena del invierno, un celestial broche antes de dar paso a la recién estrenada primavera en el próximo plenilunio. La combinación de estos elementos ha creado un momento propicio para compartir reflexiones que brotan en mi interior. En estos días, he tenido la ocasión de reunirme con el coordinador de una fundación comprometida con la atención de las necesidades de personas vulnerables o en dificultad social. Tras nuestra conversación, he pensado sobre la destacada labor de los trabajadores abocados a enfrentar desafíos diarios; profesionales como médicos, enfermeros, celadores, psicólogos, terapeutas, trabajadores y educadores...