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Mostrando entradas de noviembre, 2025

25-11-25.

Entre hojas y flores marchitas, reflexiono sobre cuánto nos aferramos a los momentos impuestos para recordar lo que realmente importa. Nos apoyamos en los calendarios para cumplir con lo que la sociedad considera “obligatorio”. Y sin embargo, la vida transcurre cada día, silenciosa y fugaz, mientras nosotros esperamos la hora prevista para hacer aquello que podríamos haber hecho hace tiempo. He ido al cementerio y, apenas un mes después del Día de Todos los Santos, pocos se han acordado de recoger las flores que pusieron que ya están secas o  las macetas que no han regado y han acabado por morir. Como suele ocurrir, seguimos la ruta que la sociedad nos marca: señalan una fecha, cumplimos con ella… y luego nos olvidamos. Me pregunto por qué acudimos al cementerio solo ese día, como si una visita al año pudiera sostener recuerdos o un vínculo que fue importante. ¿Hay algo de falsedad —o quizá de autoengaño— en esa rutina? Preparar la lápida unos días antes, poner flores y no volver h...

El cuerpo sabe lo que la mente aún no se ha dado cuenta.

Me encantan los cuerpos y conocer el que habito. A veces, cuando lo digo, noto que quienes me escuchan pueden interpretar mi comentario desde una perspectiva superficial, incluso con connotaciones lascivas, pero mi fascinación va mucho más allá. Posiblemente mi pasión por los cuerpos provenga de la trayectoria como bailarina profesional y de un trabajo que me permite observar cada día cuerpos diferentes y aprender de ellos. En mis clases se ven cosas alucinantes, como la relación entre la forma de moverse y los pensamientos: cuando nos movemos reflejamos emociones que llevamos dentro.  El cuerpo es el marcador somático.  Tengo una hipótesis acerca de que los movimientos rígidos suelen acompañar a pensamientos rígidos y los movimientos fluidos a pensamientos más flexibles, posturas “abierta/expansiva” frente a posturas “cerrada/contracta”. Cada pensamiento repetido deja su huella en nuestro cuerpo. La mente y el cuerpo están conectados de manera que lo que sentimos y pensamos s...

Pequeños pensamientos, grandes cambios.

En la entrada anterior hablábamos de cómo la visualización y la conciencia moldean nuestro mundo: cómo la energía, los pensamientos y la intención influyen en la realidad que vivimos. Quiero mostrarles dos experimentos fascinantes que lo ilustran de manera sorprendente. El primero es de Masaru Emoto, en su estudio Los mensajes del agua  observó cómo el agua reacciona a nuestras emociones, palabras y música. Colocaba gotas de agua en distintos frascos, las exponía a diferentes palabras o melodías, las congelaba y luego las observaba al microscopio. Lo que descubrió fue asombroso: las palabras y emociones positivas producían cristales armoniosos y bellos, mientras que las negativas generaban formas caóticas y distorsionadas, aunque estos hallazgos han sido objeto de debate en la comunidad científica. Le dije a mi sobrina:  —Nuestro cuerpo es casi un 70% agua. Al igual que cuando riegas una planta con amor crece mejor que otra a la que insultas, los pensamientos y emociones afect...